Para empezar, ¿Por qué los usamos? ¿Qué son y cuál es su función?
Primero que nada, una herramienta para añadirle expresión a las palabras, significado, y como a los seres humanos nos encanta eso de poder expresarnos y así. ¡Claro que vamos a aprovecharlo!
Los diminutivos estrictamente son afijos derivativos, en español sufijos, osea que se añaden al final de las palabras, que son generalmente sustantivos, y cambian su significado. Generalmente porque también sucede en, por ejemplo: adiocito, por favorcito y apenitas, que no son sustantivos.
Básicamente usamos los diminutivos como miel y azuquitar para las palabras, y al mismo tiempo a la realidad. Porque a veces la naturaleza puede ser muy cruel pero usando diminutivos envolvemos las cosas en plástico de burbuja y disimulamos un poco esta crueldad del mundo.
Claro que a veces podemos pasamos y le ponemos demasiada azúcar a nuestro café, por lo que suelen decir que abusamos de los diminutivos. Un buen ejemplo de esto es por ejemplo cuando hacemos diminutivos a los diminutivos, como poquitito, ahoritita, chiquitito, y a los que, si queremos, podemos seguir añadiendo “ti” a la misma palabra por el resto de nuestras vidas.
Y ahora, ¿porque la obsesión latinoamericana con este bonito endulzante para palabras ?
Es debatible pero parece que en México nos gustan los diminutivos más que en otros países de Latinoamérica. Colombia, Perú y Bolivia siendo países contra los que podríamos competir… si existiese una competencia.
Guillermo Hurtado compara el uso de diminutivos con el estilo barroco, como si fueran una versión lingüística de este y atribuye nuestro gusto por ellos al florecimiento de este movimiento cultural y artístico en nuestro país, como una versión lingüística del barroco.
Esta podría ser una explicación de porqué se quedaron en nuestro idioma con el paso del tiempo, ¿pero de dónde vienen?
José Ignacio Dávila Garibi estableció hace varios años una hipótesis muy interesante que atribuye su origen al náhuatl en un artículo especializado que escribió para para una revista de la UNAM.
Él explica que ya que existe una gran cantidad de diminutivos en el náhuatl es imposible que no se les pegara nada a los españoles cuando comenzaron a utilizarlo para comunicarse en la Nueva España, durante el intercambio lingüístico que formó el español mexicano.
Fuentes:
- Coppel, E. (2017). Ahorita te contamos por qué los mexicanos respondemos a todo con ‘ahorita’. Recuperado de: https://verne.elpais.com/verne/2017/05/24/mexico/1495662922_144731.html
- Flores, O. (2010). Diminutivos en latinoamérica: chiquitos pero…. Recuperado de: https://www.fundeu.es/noticia/diminutivos-en-latinoamerica-chiquitos-pero-5976/
- Hurtado, G. (2016). Ensayito sobre el diminutivo. Recuperado de: https://www.razon.com.mx/columnas/ensayito-sobre-el-diminutivo/
- Dávila Garibi, J. (2018). Posible influencia del náhuatl en el uso y abuso del diminutivo en el español de México. UNAM, 91- 94. Recuperado de: http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/revistas/nahuatl/pdf/ecn01/007.pdf
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