lunes, 22 de octubre de 2018

Libre

Frío.

No he podido dormir desde aquella extraña noche.
A veces imagino que te veo pasar,
Pero yo sé que vives ahora solo en mi memoria.
Pero vives.El frío de la nieve congela mis dedos,
Tu ausencia congela mi corazón
Y ya no estás aquí, con tu cálida sonrisa,
Y ya no estas aqui
Y yo sé que es por mi.¿Cómo se los expliqué?
No pude.
¿Cómo puedo dormir por las noches?
No puedo.
Sólo espero.
Espero que el destino me alcance,
Que la justicia no deje que me escape.
Todo es muy borroso,
Pero lo recuerdo.Recuerdo el día, mi hermosa sirena,
En que te obligaron a salir del agua.
Y tú no querías.
Pero no escuchaban.
Y tú no querías.
Pero lo hicieron.
El vino tinto que cubría la nieve alrededor,
Un aroma suave.
Un aroma sutil como el de tu piel,
Que contaba la historia del milagro de aquella noche.La nieve quemo mis dedos esa mañana.
Hay ahora un agujero en mi corazón
Como el que estaba en el hombro de ese suéter negro que tanto te gustaba.
Debí ayudarte y lo sé.
Debimos ir más lejos.Ahora nadas,
Pero sólo en mis recuerdos.
Yo quise nadar contigo,
A tu lado,
Pero me lo impediste.
Por eso tuve que dejarte nadar sola.
Sola.
Solo como estoy yo ahora.
Creeme que te extraño.
Tu última sonrisa antes de partir
Es mi único consuelo,
Tus labios azules
Como el fondo a donde te dirigiste,
Tu piel blanca, como la nieve de aquella noche
En que te deje ir.Me pesas.
En el corazón y en el alma tu recuerdo arde.
Tu recuerdo quema.
Pero esta bien, sirena mía
Yo sé que eres libre ahora.
Y que sin mí, libre no serías.Pero no te preocupes por mi, mi sirena,
Estaré bien,
Pues ayer conocí un hada.
Ella quiere ir al bosque,
Y yo quiero ir con ella.
Le contaré de ti,
Como te conté a tí de mi angel,
Que decidió volar sin mí.

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